De vergüenza, un animal se escapa, y no uno cualquiera, un CAIMÁN, y el circo propietario del mismo sigue su camino como si tal cosa.
El animal abandonado a su suerte no tiene a donde ir, el Seprona no sabe donde entregarlo, nadie se encarga de sus situación, y los propietarios de turnée.
¿Cómo es posible a esta gente circense no le caiga una multa del copón y se les retiren el resto de los animales?.
Lo dicho, somos una república bananera pero sólo en lo adminitrativo y político, por desgracia para el caimán que en lo climático hubiera estado mucho mejor en una plantación de banana.
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